El impacto del sector construcción en la economía dominicana hacia el 2036

El sector construcción en República Dominicana se ha convertido en un verdadero motor de crecimiento económico. De acuerdo con las proyecciones oficiales, la construcción podría aportar más de US$23,800 millones al PIB para el año 2036, cifra que consolidan al país como uno de los líderes en desarrollo de infraestructuras dentro de la región del Caribe. Hoy en día, este sector ya representa un peso significativo en la economía, aportando más de US$16,400 millones en 2024, lo que demuestra su rol estratégico y sostenido.

Uno de los aspectos más relevantes es la generación de empleo en construcción dominicana, que continúa en expansión. Para 2025 se estima que la industria genere alrededor de 412,000 empleos directos, lo que significa 80,000 puestos más que en 2017. Este crecimiento no solo impulsa la fuerza laboral, sino también otros sectores vinculados, como el transporte, la industria de materiales de construcción, el turismo inmobiliario y los servicios financieros.

Sin embargo, alcanzar la meta de 2036 requiere superar ciertos desafíos. Los costos de materiales como el acero, el cemento y los acabados han experimentado incrementos constantes, lo que presiona los márgenes de ganancia de los desarrolladores. A esto se suma la necesidad de implementar tecnologías de construcción sostenible, con métodos más eficientes y amigables con el medioambiente, incluyendo paneles solares, materiales prefabricados y certificaciones internacionales como LEED y EDGE.

La demanda de proyectos inmobiliarios en República Dominicana también está cambiando. Mientras las grandes ciudades como Santo Domingo y Santiago buscan soluciones habitacionales modernas y verticales, en las zonas turísticas de Bávaro, Punta Cana y Samaná crece la necesidad de infraestructuras de lujo que combinan comodidad con sostenibilidad. Paralelamente, la vivienda asequible sigue siendo un tema central para atender la necesidad de miles de familias.

El sector construcción en República Dominicana tiene un futuro prometedor. La clave estará en mantener un equilibrio entre innovación, inversión privada y políticas públicas que faciliten el acceso a vivienda digna, a la vez que se garantice sostenibilidad y competitividad frente a otros mercados caribeños.